El Antiguo Testamento rechaza el divorcio y por lo tanto también el recasamiento.
Pero cuando se lleva a cabo no lo castiga con muerte como lo hace con los pecados de inmoralidad, sino lo reglamenta. ¿Por qué Dios lo quiso así?. Este tema no es nuevo para la humanidad. Cada cultura y tiempo tiene que enfrentarlo de una u otra manera.
También a nosotros nos toca estudiar el tema y ver cómo vamos a actuar en las congregaciones.
Para hacer esto en forma bíblica debemos estudiar la Biblia contextualizando desde su origen y esto es lo que vamos hacer en esta exposición